Boston, primavera de 1886.
Dona amb un barret de plomes. Font: National Audubon Society |
Dona amb un barret de plomes, pels volts de 1912. Font: Biblioteca del Congrés dels Estats Units. |
Portada de la revista Vogue amb la il·lustració de quatre dones amb diferents barrets primaverals. 28 d'abril de 1898 Font: Vogue |
Martinet blanc americà (Egretta thula). Font: naturalista.mx |
Harriet Hemenway i Minna Hall van aconseguir que unes nou-centes dones s'unissin a la seva causa i van fundar la Societat Audubon de Massachussetts l'any 1896. El nom homenatja a John James Audubon, ornitòleg i pintor d'aus del segle XIX. La seva iniciativa va ser imitada en altres estats i en tan sols dos anys ja s'havien creat societats Audubon a Pennsilvània, Nova York, Nou Hampshire, Illinois, Maine, Wisconsin, Nova Jersey, Rhode Island, Connecticut, el districte de Columbia, Ohio, Indiana, Tennessee, Minnesota, Texas i Califòrnia. L'any 1905 es creà la National Audubon Society, organització que encara existeix avui dia, sent una de les societats conservacionistes més antigues del món.
L'any 1913 es va aprovar la Llei Weeks-McLean, per la qual es prohibia la caça i la comercialització d'aus migratòries i la importació de plomes d'aus salvatges.
Harriet i Minna, amb el seu esforç i determinació, van aconseguir posar fi a una pràctica destructiva i van plantar la llavor per la creació d'entitats de conservació de la natura.
Boston, primavera de 1886.
Con la llegada del buen tiempo, los parques y jardines de la ciudad se llenan de colores y de paseantes. Harriet Hemenway y su prima, Minna Hall, están sentadas en un banco en medio del Public Garden, desde donde observan el ir y venir de las mujeres de las clases acomodadas, como si se tratara de una desfilada de moda. El país vive una gran expansión económica, industrial y demográfica, una etapa que años después será conocida como la Gilded Age (Edad Dorada). La vida no es para nada dorada para los millones de inmigrantes que llegan de Europa y de otras zonas de los Estados Unidos para trabajar, pero sí para aquellos que se están enriqueciendo con las nuevas industrias, el sector de la construcción y el ferrocarril. Los elegantes vestidos que lucen para pasear, ir al teatro o a la ópera, son una demostración de su prosperidad económica. En la indumentaria de las mujeres destacan los sombreros extravagantes, adornados con vistosas plumas, a veces incluso con pájaros enteros disecados. Parece realmente que compitan para ver quien lleva el sombrero más original y que provoque más admiración.
Mujer con un sombrero de plumas. Fuente: National Audubon Society |
En los ojos de las dos primas, sin embargo, no hay ni pizca de admiración, sino un sentimiento de indignación y de rabia. Miran aquellas plumas y no pueden evitar imaginar los pájaros de los cuales provienen, batiendo las alas y sintiendo el viento y el calor del sol. Ahora las plumas se mueven sobre los sombreros inertes, vacíos de vida y de gracia. Esta moda creciente, impulsada en gran parte por las fábricas de sombreros de Nueva York y de Londres, ha generado un importante negocio y comercio internacional. Se llegan a pagar verdaderas fortunas por plumas de determinadas especies de aves.
Mujer con un sombrero de plumas, hacia 1912. Fuente: Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. |
Portada de la revista Vogue con la ilustración de cuatro mujeres con distintos sombreros primaverales. 28 de abril de 1898 Fuente: Vogue |
No obstante, Harriet y Minna saben que lucir aquellos sombreros supone la muerte de miles de pájaros, hasta el punto que algunas especies podrían llegar a extingirse. En algunos casos, com el de la garceta nívea (Egretta thula) y otras especies de ardeidos como la garza blanca (Ardea alba) o la garza ceniza (Ardea herodias), la caza se realiza en la época de apareamiento y de cría, momento en que estas bellas aves habitantes de humedales, presentan unas largas plumas filamentosas, muy preciadas por su aspecto de tul. De este modo, la muerte de las aves adultas supone el abandono de las crías, que acaban muriendo de hambre o en manos de depredadores.
Garceta nívea (Egretta thula). Fuente: naturalista.mx |
Estan entusiasmadas con la idea. Delante de ellas siguen desfilando todo tipo de sombreros, pero ahora han convertido la rabia en esperanza y en su mente imaginan a los pájaros volviendo a volar sin amenazas. Confían en llegar a convertir la protección de la naturaleza en la nueva moda.
Harriet Hemenway y Minna Hall consiguieron que unas novecientas mujeres se uniesen a su causa y fundaron la Sociedad Audubon de Massachussetts en 1896. El nombre homenajea a John James Audubon, ornitólogo y pintor de aves del siglo XIX. Su iniciativa fue imitada en otros estados y en tan solo dos años ya se habían creado sociedades Audubon en Pensilvania, Nueva York, Nuevo Hampshire, Illinois, Maine, Wisconsin, Nueva Jersey, Rhode Island, Connecticut, el distrito de Columbia, Ohio, Indiana, Tennessee, Minnesota, Texas y California. En 1905 se fundó la National Audubon Society, organización que todavía existe hoy en día, siendo una de las sociedades conservacionistas más antiguas del mundo.
En 1913 se aprovó la Ley Weeks-McLean, por la cual se prohibía la caza y la comercialización de aves migratorias y la importación de plumas de ave salvajes.
Harriet y Minna, con su esfuerzo y determinación, consiguieron poner fin a una práctica destructiva y plantaron la semilla para la creación de entidades de conservación de la naturaleza.
Este texto participa en el blog de narrativa científica Café Hypatia con el tema #PVflorecimiento